sábado, 14 de septiembre de 2019

Sobre el sentido del Humor.

SENTIDO DEL HUMOR

El sentido del humor participa del sentimiento de alegría de modo parecido a como el llamado sentido común participa del entendimiento. No obstante , el primero es el menos común de los sentidos.  Unas personas disfrutan siempre de él y otras, en cambio, lo aminoran y acaban por ignorarlo.
La diferencia entre el ser humano y el ser animal no es tan sólo la inteligencia, el libre albedrío y los nobles sentimientos, sino también lo es el sentido del humor.  ¿Alguien ha visto acaso a un caballo reirse al ver tropezar a otro...?  Algunos animales son capaces de sentir alegría, como un perro al encontrar a su amo tras un período de ausencia, pero son incapaces de conseguir nada positivo tras cualquier suceso conflictivo, complicado o  incluso monótono.
Suele surgir en el humano el sentido del humor de situaciones enrevesadas como consolidación y defensa de la propia personalidad, consiguiendo sublimar a la persona incluso por encima de sí misma, de quien se llega a reir.
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El sentido del humor es propio de personas nobles, tanto es así que hasta Dios, la perfección absoluta lo ha de poseer como una cualidad más.,que probablemente en muchas ocasiones le induzca al perdón de algunas  fechorías que los hombres le hacemos, o a sonreir, al menos,  ante algunas de nuestras locas o infantiles peticiones u oraciones.

Para nosotros el tomar los obstáculos con sentido del humor es recibir  una nueva fuerza para superarlos. Las más veces nos aparece como crítica a comportamientos ajenos, pero se diferencia de la burla o incluso de la ironía por el deseo de compartir esa alegría originada con el protagonista del suceso. No hay  en absoluto ánimo de agresión, venganza o daño alguno.
Incluso ante la muerte se puede llegar con sentido del humor y así se sublima en paz y armonía.  Siempre recordaré el caso de una anciana muy coqueta y presumida , pese al escaso pelo que le quedaba sobre el cuero cabelludo. En sus horas finales la familia se hallaba interesada en conocer su grado de consciencia y acudía a su lecho para darla conversación o interrogarla. Las nietas , más jóvenes iban apareciendo en repetidas ocasiones para preguntarle: " abuela,....me conoces..?, a lo que la anciana, con sus ojos cerrados,  no respondía en absoluto, limitándose a fruncir el ceño y a soltar un resoplido que hacía saltar sobre su frente el escaso flequillo que la adornaba. Mas como este interrogatorio era demasiado repetitivo por parte de los jóvenes súbitamente la viejita abrió desmesuradamente los ojos y acabó exclamando:
¿Qué tanto "me conoces y me conoces"....?,....¿Qué pasa...es que venís de un carnaval...?   .-    A los 10 minutos la anciana había expirado en paz.
Muchas veces en nuestra vida cotidiana perdemos algo y nos amargamos estúpidamente. El sentido del humor no será capaz de encontrarlo, pero  solamente él  será capaz de poner cada cosa en su lugar con su etiqueta: la de su relativo valor..  Ese es el camino de la paz.