TEORÍAS SOBRE LA MÚSICA
ACCIÓN MUSICAL
Dice la Real academia española sobre el vocablo “Música”:
Sucesión de sonidos modulados para recrear el oído. Arte de
combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros
a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea
alegre, ya tristemente.
De manera que se trata de una sucesión de sonidos o tonos
agradables al oído, capaces de impresionar o promover diversos sentimientos.
Estamos acostumbrados de tal manera a vivir con la música
que nadie se pregunta el porqué de la misma, que ningún ser humano se cuestiona
su mecanismo de acción. La armonía se supone un hecho natural y su relación con
el órgano sensitivo acústico a nadie le ha quitado el sueño.
Teoría matemática.-
Hubo un sabio griego, llamado Pitágoras que obsevó el
fenómeno con un criterio cienctífico y lo que descubrió fué una serie de
sencillas razones matemáticas: Las longitudes de una sola cuerda pulsada en
diversos lugares, para producir sensaciones gratas o “consonantes” deben de
proporcionar razones o divisiones sencillas, tales como 1/2, 1/3 , 1/ 4 o 1/5 .
Aquellos sonidos simultáneos que no impliquen una relación similar de
longitudes producirían un efecto adverso sobre el oído, lo que él denominó como
sensación “disonante.” De ahí el nacimiento de una serie de relaciones
matemáticas precisas para construir un instrumento sonoro, bien sea de cuerda
por la posición de sus trastes o bien sea de viento por la posición de los
orificios de salida del aire. La escala resultante se denominó por tanto
“”escala natural” . Siglos después los monjes con sus cantos bautizaron estas
diversas notas según el comienzo verbal de palabras de ciertas estrofas en
algunos de sus cantos que las utilizaban (do-re-mi-fa- sol- la-si do).
Teoría física.-
La física se encargaría de analizar los sonidos y darnos el
término frecuencia del mismo como valor de su tonalidad, mejor que expresar a
ésta por la longitud de una cuerda o un tubo vibrante. No obstante la interrogante
seguía: ¿Porqué la necesidad de utilizar frecuencias acústicas de razones
sencillas...? Una nueva contestación sería dada al observar dos ondas sonoras
de efecto consonante en la pantalla del osciloscopio de rayos catódicos. Su
efecto era una onda mayor de forma más o menos alterada pero constante que
transitaba con estbilidad por la pantalla. En el caso de mezclar dos
frecuencias disonantes el efecto era inestable, violento con una infinidad de
formas que vertiginosamente se desplazaban. Los físicos denominaron a las
formas primeras “armónicos” o frecuencias recién creadas que se proyectan
pausadamente , precisamente por ser frecuencias múltiples la una de la otra .
El armónico es una repetición de un tono fundamental, aveces
perfecta si se trata de “octavas” , otras veces menos perfectas que llamamos
acorde en “terceras”, o en “quintas” o en “séptimas” y por último aquellas de
acción desagradable o disonante que también nos sirven para recrear sensaciones
de tensión, o incluso de terror, como se aprecia en algunas películas. Al final
el propio oído es parecido a un osciloscopio al que no le apetece trabajar
demasiado deprisa y se satisface con armónicos lentos y estables.
Por el estudio pitagórico del sonido hemos llegado a la
clave de la sensación musical:
PAPEL DE LA REPETICIÓN.
También importa la repetición , y ...¡de qué modo!, en la
captación de una determinada secuencia tonal. Todos sabemos que cuanto más se
escucha o canta una melodía, más pegadiza se hace. La cadencia musical , al
igual que la poesía, se nutre de múltiples repeticiones que ésta última
denomina “rimas” y que le dan su encanto profundo y artístico.
Mi teoría fisiológica.-
Todo lo expuesto son verdades que van explicando el fenómeno
musical, pero no del todo, en lo que respecta a su percepción sensitiva.
La música deleita nuestros oídos, estimula nuestros
sentimientos y llega a excitar incluso nuestra motricidad muscular, como ocurre
en la danza. ¿Pero cómo puede llegar tan lejos...?
Después de valorar las imbricadas vías nerviosas que surgen
del órgano auditivo y atraviesan de forma bastante compleja el encéfalo he
llegado a la conclusión de que es necesaria una sola vía que con intensidad y
amplitud implique simultáneamente a los muy diversos centros cerebrales que
responden a la música.
Creo que esta vía está constituida por la circulación de
corrientes microfónicas que surgen de los dos órganos cocleares y recorren a
través de las membranas meníngeas las diversas regiones del córtex cerebral
donde desempeñan su acción fisiológica.: tanto el placer auditivo , como la
secuenciación memorística, la evocación sentimental, a veces muy potenciada por
una letra apropiada , y por último la motora o rítmica
Las corrientes microfónicas cocleares.-
Fueron descubiertas , según Houssay, en el año 1930 por
Wever y por Bray , operando el cerebro de un gato y observando que se producían
pequeñas corrientes similares a las producidas por un micrófono eléctrico.
Apreciaron que se originaban en el interior de las cócleas del animal y se irradiaban
a lo largo de las meninges. Incluso conectando unos cables a su corteza
cerebral, y utilizando un amplificador y un altavoz se podía escuchar en una
habitación vecina todo aquello que el animal percibía en sus oídos.
Esta clase de corriente microfónicas prestan actualmente una
gran utilidad para el estudio funcional de la cóclea humana pues de manera no
cruenta se pueden registrar como micro-impulsos eléctricos con un electrodo
colocado en la ventana oval del oído en niños recién nacidos, lo que nos da una
idea certera de que sus oídos perciben normalmente, si alguna duda de ello
hubiera.
Mi Teoría cito-neuronal.-
¿Cómo podrían excitar las corrientes cocleares microfónicas
a las propias neuronas corticales ?
De todos los muchos orgánulos que tiene la célula en general
y la neurona en particular , tan sólo uno de ellos contiene estructuras
rectilíneas observadas con el microscopio electrónico: la mitocondria.
Eso me impulsó a considerar a la mitocondria como receptora
de resonancias de impulsos microeléctricos capaces de excitar su propia función fisiológica que es precisamente la de producir energía .
Esas estructuras más o menos rectilíneas que se llaman
tabiques mitocondriales son los encargados de generar energía, expresada como
“moneda “ ATP, mediante la combustión del ácido pirúvico, proveniente de la
desintegración de la glucosa citoplásmica. Al final del proceso, tras la
liberación de una importante liberación energética (como ATP), quedaría un
remanente: un fragmento de oxalacetato restante que sería necesario para
reiniciar un ciclo consecutivo si es que sobreviene una nueva excitación . Esto
explicaría la necesidad de la repetición en la fisiología sensorial. Las
crestas mitocondriales ya preparadas reaccionan con doble vigor a un nuevo
estímulo. Es como un altohorno. Si se apaga cuesta mucho encender, pero si se
mantiene encendido mediante repetidos mantenimientos, tiene entonces un
rendimiento positivo. Al final la sensación musical ha quedado resumida en una
simple operación de rendimiento energético para la neurona. Si se trata de
neuronas en zona cortical frontal se producirá una extraordinaria emisión de
neurotransmisores de premio (tipo dopamina). Si es en región temporal se
producirá la percepción placentera (dopamina) de acordes y secuencias a memorizar, si
es parietal, podrán estar interesadas las zonas motoras que se verán excitadas
para producir impulsos motores de un ritmo marcado.
En animales el efecto de la música es positivo, ya que ellos si perciben las ondas acústicas utilizadas mediante sus órganos cocleares del oído. Respecto de la acción de la secuencia musical en animales habría que destacar la referida a las aves cantoras, que demuestran una capacidad de síntesis tonal muy semejante a la humana y además una enorme capacidad de memorizar las sucesiones tonales, tal como nosotros. Aparte está que en el vídeo siguiente se aprecia como las aves también tienen sensibilidad emotiva ante la música y capacidad de ritmo y baile, ya que también en su encéfalo existen corrientes microfónicas cocleares que se difunden por todo su cortex .
Por otro lado hemos de considerar a la mitocondria, en su síntesis de ATP, productora de calor y de movimiento . Supone para el observador la ventana que afirma o niega a existencia de la vida en la célula. La imágen filmada de unos leucocitos salivares vivos en los que el citoplasma se ve en franca ebullición mitocondrial nos anima enormemente a continuar su estudio.