lunes, 3 de junio de 2019


LA HALITOSIS





Así se denomina médicamente al mal aliento. Es una afección que alcanza al 50 % de la humanidad en el que a parte de la realidad mayor o menor del problema crea un complejo psicológico potente de aislamiento e inhibición ante los demás.

Muchas son las causas posibles, pero todas tienen un factor común, contra el que afortunadamente podemos luchar: el sarro bacteriano. La boca como comienzo del aparato digestivo posee cientos de especies bacterianas que procedentes del exterior tratan de instaurarse o de penetrar en él. La saliva, secreción glandular es el agente que las depura, bien sea por su acción antibacteriana (lisozima), por su acción inmunitaria (leucocitos provenientes de los vasos de la mucosas oral), o por la acción depurativa de su lavado continuo, arrastrando dicha flora por salivación y deglución hasta el estómago donde el ácido clorhídrico se encarga de destruir a la mayoría de estos microorganismos. Ocurre que por la noche, durante el sueño necesario cesa la producción de saliva, por lo que dicha flora se multiplica en la boca abundantemente y se aglomera  en el sarro dental y lingual, segregando sus productos metabólicos generalmente volátiles y por lo tanto capaces de producir olor.  Por esta razón en la totalidad de las personas por la mañana, al despertar, tras unas cuantas horas de escasísima salivación, existe más o menos mal sabor de boca y mayor o menor fetidez de aliento.

La lucha contra el sarro que fundamentalmente  se acumula en la superficie de los dientes y muelas y a veces además en las criptas de la propia lengua que aparece sucia o saburral, implica las siguientes acciones higiénicas necesarias:

Tres cepillados dentarios con pasta dentífrica  al día, tras  el desayuno, tras la comida y tras la cena, abarcando tanto la  parte anterior como la posterior de todas las piezas dentarias , premolares y molares, así como haciendo un discreto cepillado  del dorso lingual hasta el comienzo de su parte posterior donde su contacto puede producir arcadas. Esta última zona se puede masajear  con la punta del dedo  levemente embadurnado en pasta dentífrica procurando sin llegar a  estimular el vómito. Posterior enjuague con abundante agua. Por la noche es conveniente acompañar el cepillado con  una limpieza con hilo dental, al objeto de no dejar ningún resto alimentario entre piezas que pueda  mantener la fermentación o la putrefacción durante las largas horas de la noche. Aconsejo siempre el desayuno con pan tostado, ya que éste es un poderoso agente limpiador de la lengua y de sus profundas criptas. Es el sarro, como ya dije, el agente capturador de olores, ya que es como un papel secante para ellos, así que si se ha eliminado lo más posible, el propio café con su intenso sabor y olor no persistirá tras el desayuno en la boca durante mucho tiempo. El sarro es en la boca, lo que la callosidad es en los pies, es decir: el foco del mal olor, por lo que hay que evitar su formación..

Todas la pastas dentífricas llevan poderosos antisépticos  a parte de algo de fluor y algunos hidratos de carbono (xilosa) que protegen contra la aparición de caries. Por otro lado el fluor fortifica el esmalte dentario haciéndolo aún más duro y resistente, así como más resbaloso al asentamiento del sarro bacteriano.

Si con todas estas normas realizadas persiste en una persona el problema de halitosis es que existe alguna otra afección  que pudiera asentar en la propia boca: caries múltiples, faringitis o anginas en niños, estómago (aquilia o falta de acidez en dicho órgano), pulmones o bronquios por colecciones de moco o pus en ellos, o hasta metabólicos (olor cetonémico en acidosis diabética, fetor hepático en cirrosis, fetor urémico en enfermos graves de riñón, etc, etc. Todos ellos requieren un tratamiento específico médico a parte del higiénico mencionado indispensable.



A continuación propongo, realizadas las medidas higiénicas imprescindibles mencionadas,  una serie de medidas complementarias caseras y de farmacia al alcance de cualquier persona:



Remedios populares para la halitosis

1:  Utilice una pasta de dientes o chicles con clorofila.

2:: Los caramelos de menta son muy eficientes

3: Otro remedio casero consiste en el uso del perejil.  Para ello, se hierven dos tazas de agua y varias ramitas de perejil conjuntamente con dos o tres clavos de olor enteros. Esta mezcla debe ser revuelta mientras que se refresca. Debe después ser filtrada y ser utilizada como un enjuague varias veces al día. 

4: Un enjuague bucal que combate el mal aliento consiste en una cucharada de bicarbonato de sosa en un vaso de agua

5: Masticar, después de una comida,  un clavo de olor o un grano de anís.

6: Preparar un té con una cucharada de yerbabuena en una taza de agua. Se deja hervir durante 10 minutos y se toma después de cada comida. Óptimo: Te verde + yerbabuena + hojas de menta.



Colutorios útiles de farmacia  (usar preferentemente antes de acostarse)

 Soluciones antisépticas para enjuagues:

                                          Enzimas antibacterianos: lisozima, glucooxidasa, lactoperoxidasa: BIOTENE                                

                                          Amonio cuaternario:  VIGENCIAL

                                          Agua oxigenada diluída 1/4 (Tres partes de agua + Una parte de oxigenada)

                                         Sales de Zn:  REGAL, ODAMINA

                                         Clorhexidina: HIBITANE CORSODYL; PERIOGARD_CLORHEXIDINA;

                                         SOL. ANTICARIES: Xilutol + Fluor: CARIAX GINGIVAL

                                          Cetilpiridinio: TIROCETAL

                                          Ac Benzoico y otros: LISTERINE

                                          otros recomendados por el fasrmacéutico.



Espero haberle sido útil de alguna manera en la solución de un problema y quizás de un frecuente complejo psicológico..





Marzo de 2011

Epicuro